
Licorice Pizza es una extraña comedia juvenil que combina muy bien con los extraños tiempos que estamos viviendo. Alana es una chica de 25 años afligida por considerarse un fracaso sin saber qué hacer con su vida, trabajando en una empresa de fotografía, en una sesión de anuario para una secundaria, conoce a Gary, un niño de 15 años que parece tener la vida resuelta; la extraña pero entrañable relación de estos dos personajes es explorada de diferentes maneras de manera coherente en la mayoría del tiempo con una comedia inteligente y unos diálogos muy interesantes. El vestuario, la fotografía y sobre todo la música es espectacular y genera una atmósfera única que se siente como una bocanada de aire fresco con unas actuaciones de primer nivel que funcionan bastante bien tanto en las situaciones cómicas como en las que requieren un peso dramático un poco más importantes, sin embargo, por momentos la película parece perder el hilo de lo que está contando y comienza a saturar la cinta de situaciones que parecen fuera de lugar y se vuelve tediosa y repetitiva en cierto punto. Aún con esto, es una gran coming of age de autor que merece todos los elogios que ha recibido.
Lino Rangel